Un arco largo que perteneció a la antigua aristocracia gobernante de Mondstadt. Fue elaborado artesanalmente con materiales de primera calidad.
Por eso, aunque ha pasado de generación en generación, sigue siendo tan poderoso como siempre.
La caza fue una vez el pasatiempo de los nobles.
Estos demostraban su fuerza en la naturaleza y compartían el botín con la gente como muestra de benevolencia.
Lamentablemente, dicha benevolencia se perdió y, con ella, el reinado de los nobles.
Después del levantamiento, la familia Lawrence, que había gobernado durante tanto tiempo en Mondstadt, fue derrocado.
Como gobierno benevolente recientemente establecido, los Caballeros de Favonius consideraron que no era necesario seguir investigando los crímenes de los Lawrence.
Así, la familia fue rápidamente expulsada de Mondstadt y condenada a no volver jamás.
“En el camino a nuestro exilio, mi padre suspiró con pena por la traición de la gente, por el final de una era gloriosa y por el fin de un capítulo de la historia.
Las personas que una vez fueron nuestros súbditos se regocijaban en las verdes praderas, cantando y bailando mientras nosotros nos despedíamos de nuestra patria.
Pasaron años hasta que, por fin, me di cuenta de algo: los verdaderos traidores y los que cambiamos fuimos nosotros, los Lawrence. Mondstadt siempre tendría que haber sido así de alegre”.
Vennessa fue la que dio el empujón final para derribar de una vez por todas el cúmulo de corrupción de Mondstadt. Antes de ella, las furiosas llamas humeantes ya habían empezado a revelar su fuerza.
Ya sea en los ladronzuelos aclamados en secreto por la gente, en la mujer que veía la muerte o en la sanguinaria Orquesta de la Espadachina,
el espíritu de resistencia está patente en la sangre de todo el pueblo de Mondstadt.