Un catalizador antiguo fabricado en el arsenal de Liyue. Se desconoce su número de serie. En los registros antiguos tampoco aparece su fecha de fabricación.
La forma de disco del catalizador representa el tiempo del universo. En su centro hay cor purum como símbolo de las estrellas en la bóveda celeste.
Aún después de la calamidad, algunos monstruos seguían merodeando por la tierra. Las armas no bastaban, así que se recurrió a las artes mágicas.
Sin embargo, el arte de la fabricación de catalizadores había cesado hacía más de cien años, y los artefactos, desgastados por el tiempo, eran imposibles de utilizar.
Los magos acudieron a la familia Yun en Liyue, donde le imploraron a Yun Hui que creara un nuevo catalizador.
Así fue como Yun Hui agregó el catalizador a la «Enciclopedia de prototipos».
Este nuevo catalizador fue fabricado con maderas antiguas y minerales poco comunes. El cor purum en su centro fue un obsequio de un exorcista.
El cor purum se produce metiendo cor lapis en un horno para someterlo a mucho calor durante cuarenta y nueve días, después de los cuales se deja enfriar en las aguas de un manantial durante otros cuarenta y nueve días más.
La doble purificación del fuego y el agua hace que el cor purum sea irrompible. Los exorcistas creen que dicha purificación permite que la gema actúe como un recipiente para la energía cósmica primordial. Un catalizador con cor purum en su núcleo puede canalizar la energía cósmica con el giro del disco, que, al dar doce vueltas, purifica dicha energía.
Su color y brillo son traslúcidos y semejantes al ámbar, por lo que, tras consultarlo con los exorcistas, Yun Hui decidió bautizarlo con el nombre de “Ámbar”.
Este catalizador es el antecesor de los que algún día erradicarán el mal de la tierra.