Flor del Honor
En los tiempos en los que se cantaban canciones desde los peñascos escarpados, un meteorito cayó en la Sima.El meteorito férreo se desprendió del cielo infinito de la noche, convirtiendo la tierra en arena cristalizada en el momento del impacto.Aunque para Rex Lapis la vida de los mortales es efímera como un suspiro, confió en la Geoarmada para defender las minas.El Abismo brotó cual torrente de agua y la Geoarmada evacuó al pueblo hacia un lugar seguro.Según las historias de los mineros, un pequeño número de soldados de la retaguardia se quedó en la Sima.Junto con el Yaksha sin nombre, lucharon hasta sacrificarse en los escarpados peñascos.Las montañas y los ríos tienen vida y cambian de forma con el tiempo, pero no ocurrió lo mismo con aquellos mortales y aquel Adeptus, cuyos nombres cayeron en el olvido.Sin embargo, sus proezas siempre serán recordadas y brillarán inquebrantablemente como las áureas hojas de esta flor.Quinientos años han transcurrido desde que sucedió esta trágica hecatombe. Desde entonces, Liyue se mantiene fuertemente protegida para albergar la paz y la tranquilidad de sus calles.Esta flor dorada que llevan los soldados simboliza aquel sacrificio que sus compatriotas protagonizaron en el pasado.
Yelmo Vetusto del General
Hubo una vez un general que combatió junto con el Yaksha sin nombre.Los soldados que lo acompañaban podían contarse con los dedos de una mano. Sin embargo, acabaron siendo derrotados por proteger a la gente.Para asegurar que los civiles afligidos pudieran escapar con seguridad, y para mantener su honor a los ojos del Señor de Geo,los soldados que lideraban el frente de batalla llevaban cascos y empuñaban lanzas para cargar contra el Abismo.Entonces, el desastre cayó sobre la tierra del cristal, donde unos antiguos enemigos emergieron de todas partes.El Yaksha obedeció las órdenes de Rex Lapis, dando comienzo a una sangrienta guerra contra las abominaciones del Abismo.La lucha duró hasta que la última gota de sangre convergió con el campo de batalla y toda impureza fue purificada.Junto con la retirada del Abismo, las arenas de cristal recuperaron su glorioso brillo.Entonces, el cielo de la Sima volvió a estar despejado y deslumbrante, pero el Yaksha sin nombre había desaparecido sin dejar rastro.Así pues, los generales y los soldados cuyos yelmos yacieron sobre el campo de batalla permanecerán allí sumidos en un sueño perpetuo.
Copa del Juramento
En los comienzos del establecimiento de la Geoarmada, Liyue todavía era una tierra salvaje.Los ancianos de los pueblos, las zonas rurales y las tribus se juraban lealtad usando una copa de oro.Como muestra de lealtad hacia Rex Lapis y de responsabilidad con sus compatriotas,seleccionaron a los guerreros más valientes de diversas regiones para convertirlos en soldados y, así, establecer la Geoarmada.Estos soldados lucharon desde la retaguardia junto a un Yaksha y también bebieron de aquella copa dorada.Ese fue el último brindis por el majestuoso y benevolente Rey Geo. Inmediatamente, ejecutaron su ataque contra la Sima, avanzando con valor y sin mirar atrás.Siglos después, un presuntuoso aventurero se adentró en las profundidades de la Sima para recuperar la copa de oro y limpiar sus imperfecciones.Pero se encontró con que, aun tras tantos años, la copa estaba en perfecto estado e impoluta, y su brillo tampoco se había perdido a causa de la oscuridad del subsuelo de la Sima.Otros tantos siglos pasaron. Cuando los habitantes de Liyue contaban historias sobre aquella época de catástrofes, no podían evitar mencionar a aquel Yaksha sin nombre,a aquellos héroes de orígenes y procedencias distintos que se unieron para combatir juntos la fuerza del abismo...Así pues, en esas historias era inevitable hablar de la copa y de cómo la sangre de los que se aliaron en el pasado todavía permanece clara y limpia en el presente.
Pluma de Guerra Ceremonial
Las plumas que dejan caer las aves de presa al sobrevolar el cielo se utilizan para condecorar a los soldados más valientes de la Geoarmada.Este tipo de pluma solo se lleva en contextos ceremoniosos y solemnes para alentar al pueblo o para mostrar majestuosidad durante las visitas de los forasteros.Se dice que, al principio, esta costumbre ceremonial se inspiraba en el Yaksha sin nombre.Mientras combatía contra los vasallos del Abismo, unas plumas se desprendieron de su cuerpo. Por eso, en la actualidad, este tipo de plumas se considera un símbolo de esperanza.Finalmente, el valiente Yaksha y los intrépidos mortales cayeron en un sueño eterno en la oscura guarida del enemigo.Su sacrificio conmovió a Rex Lapis, que permaneció en silencio durante un largo tiempo mientras escuchaba los ligeros susurros de las rocas y las montañas.Entre los ciudadanos también se llegó a escuchar el rumor de que el Yaksha sin nombre no había recibido ninguna orden de Rex Lapis para proteger la Sima.En su lugar, se piensa que fue su manera de redimir la ofensa que arrastraba desde largo tiempo atrás... su manera de pagar el precio de haber huido cobardemente.No importa cuál sea la verdad, aquel Yaksha que una vez sobrevoló los cielos recuperó su libertad y regresó a las nubes.En cuanto a aquellos soldados que dormirán hasta el fin de la eternidad en las profundidades de la Sima... también estarán vivos para siempre en las leyendas.
Reloj de Sol de Oricalco
Un reloj que funciona con luz lunar y solar. Es capaz de captar los rayos de luz incluso en días nublados.Cuando Liyue se vio amenazada por aquella maligna oscuridad, este objeto permitió a los guerreros recordar la calidez del sol.Al luchar junto al Yaksha, los soldados también se vieron afectados por el karma que este emanaba y por el sufrimiento que padecía al acabar con las vidas de otros.Con el fin de no verse consumidos por la masacre, los soldados de la Geoarmada utilizaban este reloj para registrar el paso del tiempo durante cada batalla.Con un paso y un ritmo unificados, el primer escuadrón de soldados se retiraba para dar paso al siguiente.Y así, continuaron retirándose y avanzando hasta llegar a las profundidades de la Sima, donde el Yaksha y los valientes soldados fueron derrotados.Un siglo después, este reloj fue exhumado por unos mineros. El objeto desprendía un centelleo metálico bajo la luz de las estrellas.Cuentan las leyendas urbanas que un día se vio a un coleccionista de antigüedades deambulando por las calles del mercado. Vestía una toga negra y pagó grandes sumas de dinero para comprar estos relojes de sol de oricalco.Algunos vendedores intentaron averiguar por qué lo hacía, pero él siempre eludía sus preguntas con ingeniosas excusas y argumentos.Fueran cuales fueran las intenciones de aquella persona, solo el tiempo podrá darnos la respuesta.