“En realidad, luna no siempre fue redonda como perla…”.
Es historia muy, muy antigua y aterradora. Por suerte, es solo historia y no pertenece a recuerdos de ninguno de nosotros dos.
Un día, luna se convirtió en cosa con forma de colmillo, curvo y torcido como sonrisa malévola. Luz de luna dejó de penetrar a través de hojas e iluminar hierba, y tornó gotas de rocío en perlas.
Árboles cayeron como espigas de trigo dobladas por viento, y tristeza inundó tierra.
Tristeza era tan grande y tan profunda que incluso agua de arroyos sabía a sal y a metal.
Nuestra creadora, Reina Aranyani, nos regaló bosque, por eso luchamos contra bestias oscuras, gigantes de acero y contra Marana.
Ella se adentró en desierto junto a muchos retoños de bosque para quemar raíces de catástrofe y quebrar ramas de desgracia. Muy pocos lograron volver bajo sombra de árboles.
Perdimos Vanarana, y muchos aranara regresaron a tierra demasiado pronto. Incluso historias que creamos tenían regusto amargo.
Pero finalmente prevalecimos, y ahora, hasta flores de loto pueden abrirse muy adentro de mar de arena.
Ella, nuestra creadora, creó nuevas criaturas en desierto para llenar vacío dejado en tierra.
…
Pero aunque amargas, en historias hay coraje y fuerza. Y aunque nunca serán tan formidables como recuerdos, también hay poder en ellas.
Guardaremos como tesoro lo que nos has dado: historias de tus aventuras con todos nosotros. Cuando luna vuelva a cambiar, protegerán bosque por ti.