Flor Marina
Una tierna flor proveniente del océano. En su núcleo hay una perla de gran pureza.Las canciones de la Isla Watatsumi cuentan que estas flores se abrían en las profundidades iluminadas por las perlas.Impregnadas de los anhelos de las hijas del mar y la ternura de la luz de la luna, emitían un brillo nacarado.Cuando todos los conflictos se terminaron, las bestias marinas no volvieron a sollozar por sus compañeras.Y cuando la luna ascendía sobre la Montaña del Este, la adorable divinidad se levantaba para cantar.“Vengan, hijas del mar, vengan y vean la brillante luna de hoy.Aunque la Montaña del Este se derrumbara esta misma noche, ni los relámpagos ni la tormenta podrían eclipsar la gloria nacarada de la luna”.Las solitarias miko cantaron y bailaron en medio de las olas argénteas.Las hijas del mar olvidaron el dolor causado por su gran pérdida, y hasta las tiernas flores recobraron su esplendor.
Corona de Watatsumi
En el pasado, Omikami seleccionó a sus clérigas de entre todos los clanes de Watatsumi y les entregó personalmente unas coronas sagradas.Sin embargo, tras la era en la que murió el dios y, con él, las clérigas, estas coronas fueron resguardadas.En sus canciones, el pueblo de Watatsumi habla de cómo estas coronas hechas con perlas y corales jamás se verán ensuciadas,y de que las afortunadas personas a quien Omikami se las otorgó fueron reconocidas por él como gobernantes.En cuanto al valiente rey vasallo conocido como el “Rey de la Montaña del Este” y las gemelas que viajaban por los mares...Todos ellos fueron bendecidos por la afectuosa mirada de Omikami e inmortalizados en las canciones isleñas.Según las leyendas, estas gobernantes fueron las ayudantes de Omikami y enseñaron a las diversas gentes de las islas a cultivar, a cazar y a pescar.Sin embargo, el destino traería la inexorable muerte del dios.Cargando con las esperanzas y los recuerdos de las profundidades oceánicas e impregnadas de una cultura y una historia que se perdieron hace mucho tiempo, estas elegantes e intrincadascoronas cayeron en un abismo olvidado junto con sus dueñas.
Jaula de Perlas
Para la gente del mar, las perlas brillantes que la deidad de Watatsumi veneró en el pasado son un tesoro de valor incalculable.Solo la Sacerdotisa Divina tenía el derecho de cantar aquellas canciones cuya temática giraba en torno a las preciadas perlas.Cuenta la leyenda que las iridiscentes conchas marinas producían estas perlas inmaculadas en agradecimiento a la ternura de Watatsumi.Tiempo después, comenzó a decirse que el origen del linaje de la Sacerdotisa Divina se hallaba en estas perlas.Ella y las hermanas gemelas, que bailaban con el mar y la luna, procedían de cuna apacible y vívida, y gozaban del privilegio de regocijarse con el amor y la alegría de Omikami.Este las obsequió con estas hermosas perlas que cumplían su deseo de perseguir la luz del día.Cuando estas perlas se hallan en manos de aquellos por cuyas venas corre auténtica sangre de Watatsumi, su destello reluce con más intensidad de lo habitual.Quizás tan solo sea una antigua leyenda que no podremos verificar jamás.Pero se dice que, cuando fueron derrotadas, la Sacerdotisa Divina y las hermanas gemelas intercambiaron sus ropas y se escondieron entre las interminables olas, dejando como único recuerdo estaperla deslumbrante, que acabó perdiéndose en el tumulto ondulante antes de sumirse en la silenciosa soledad de las profundidades.
Pluma del Palacio de las Profundidades
En la época en la que los múltiples clanes vieron por primera vez la luz del día, Omikami escogió a las miko de entre todas las gentes del mar.En la historia de las canciones de la isla, la primera Sacerdotisa Divina fue la hija del mar que recolectaba perlas.Solía aparecer entre los niños que, por conflictos sin sentido, perdían el rumbo, así como entre los ancianos que, trasdespiadadas catástrofes, perdían toda su felicidad.La Sacerdotisa Divina consolaba a la gente con sus elegantes canciones isleñas de letras dulces y amables.Gracias a ella, el pueblo de Watatsumi encontró por primera vez un rayo de esperanza incluso en una época en la que era sacudido por la tormenta.Cuenta la leyenda que esta pluma nacida en el mar procede del manto ceremonial de la Sacerdotisa Divina.Fue extraída por las inocentes manos de un niño y conservada por una persona muy inquieta.Más tarde, los compañeros del valiente guerrero y de la Sacerdotisa se dirigieron a toda prisa al lugar de sacrificios del que no podían escapar.Sin embargo, el manto ceremonial de ella nunca se perdió, sino que permaneció entre los recuerdos de la gente.
Cauri de la Despedida
El tiempo pasa muy lentamente en las silenciosas y fluorescentes profundidades del océano.Con el paso de los años, incluso las caracolas más brillantes quedan sumidas en el olvido dentro de él.La gente de Watatsumi resurgió de la oscuridad y así se despidió del largo sueño de las profundidades.Escaparon de la furtiva mirada de los dragones de las profundidades y ascendieron hacia el reino de la luz a través de las escaleras de coral.Dicen que, en aquellos tiempos, cada persona del océano trajo consigo un único cauri como recuerdo de su clan.En cuanto a aquellos que perdieron al suyo propio, también fueron bienvenidos en la nueva familia.En la lengua antigua, el nombre de estos cauris significaba “despedida”.Dos partes que se abrazan mutuamente no serán separadas de nuevo por ninguna fuerza externa, aunque esta unión no sea eterna.Estos cauris supusieron la despedida de la vida bajo las olas y el comienzo de la vida bajo el sol.