Como bien dicen, el agua no tiene ni color ni forma, de modo que puede incluso convertirse en una afilada espada o en un excelente arco.
De todas las sustancias del mundo, el agua es la más maleable y flexible.
Entre todas las increíbles armas que existen, este fantástico arco tiene la inescrutable capacidad de invocar el agua.
“El agua puede acoger lo impuro, purificar la suciedad y, al mismo tiempo, mantener su pureza.
Puede adoptar una infinidad de formas distintas, tomar la forma de innumerables criaturas y, aun así, no perder sus propiedades.
Puede dividirse en un sinfín de corrientes que se entrelazan armoniosamente; o unirse para formar una imponente ola de una fuerza implacable.
En lo más profundo de unas límpidas y transparentes aguas pueden esconderse numerosos secretos que ni la más intensa de las luces es capaz de iluminar.
Ese es precisamente el mayor misterio del agua, y ni las mentes más prodigiosas del mundo son capaces de comprender sus múltiples cambios de forma”.
Antes de trabajar para la noble dama de la Cámara de Jade, ella escuchó esta enseñanza de un anciano veterano.
Los juegos de poder y las conspiraciones comerciales siempre han sido los culpables de los peligros y de las tormentas, igual que las estrellas siempre iluminan los restos de los navíos naufragados.
Las personas con grandes ambiciones y riquezas suelen ser las que navegan más hábilmente y con seguridad.
De ese modo, sortean la competencia y la maldad que acechan en todas partes y ascienden en sus carreras incluso yendo a contracorriente.
“A pesar de lo que dicen, yo no tengo el carácter de una persona influyente, ni tampoco aguanto todo ese tedio.
Prefiero disfrutar del aroma y el ambiente de una casa de té y deleitarme viendo las múltiples posibilidades que existen al lanzar un dado de seis caras.
Me he infiltrado en las bases secretas de muchos ladrones durante la noche y he destapado los complots de muchos enemigos forasteros.
Pero no he hecho todo eso para ayudar a los más poderosos a deshacerse de las fuerzas disidentes, sino porque el agua también tiene un origen”.
A fin de proteger la pureza de su origen, la maleable voluntad del agua se puede transformar en una afilada espada o en un excelente arco.
Así pues, entretejer conspiraciones y secretos bajo la fría y azulada luz de la luna forma parte de la sabia forma del agua.