La Reina Mayor Rukkhadevata creó la selva de Sumeru y se sirvió de la Academia para compartir su conocimiento con el pueblo. Incluso tras su muerte, las leyendas de sus hazañas se escuchan con frecuencia en los hogares de la gente.
Por el contrario, la Reina Menor Kusanali, a quien los sabios llevaron al Santuario Surasthana tras la partida de su antigua deidad, no es más que un símbolo de que la gracia divina aún ampara al pueblo de Sumeru.
Mas aunque todos se preguntan quién es, cómo nació y qué clase de poder posee, muy pocos conocen la respuesta.
Las respuestas evasivas de los sabios de la ciudad fueron calando paulatinamente en el pueblo, que olvidó por completo aguardar con paciencia para que el conocimiento de su nueva diosa descendiera sobre ellos.
El Akasha, sublime legado que dejó la Reina Mayor Rukkhadevata, seguía en pleno funcionamiento y resultaba de gran comodidad para todo el mundo. Pero lo que la gente no sabía es que el Akasha también era los oídos y los ojos de la diosa recién nacida.
Por medio de este sistema supo cómo se sentía la gente: con una gran devoción hacia la antigua diosa y desilusión hacia la nueva, y así fue como también escuchó las voces de quienes afirmaban que la diosa de la sabiduría se había marchado para no regresar.
Sabía perfectamente cuál era la misión que inevitablemente debía cumplir: debía estudiar y crecer para poder hacer frente a las amenazas que procedían de las profundidades del mundo.
A pesar de todo, a Nahida no le importaba no ser comprendida o valorada.

El aprendizaje y el crecimiento son caminos llenos de felicidad, y el conocimiento sobre este mundo siempre logrará saciar la exuberante curiosidad de Nahida.
Poco a poco, Nahida fue comprendiendo los principios de la naturaleza y los elementos, así como la ecología del cielo y del mar. De hecho, con solo estudiar, puede llegar a dominar cualquier materia y crear hermosos sueños que sigan la razón y, al mismo tiempo, que superen los límites de la lógica.
Esos sueños son, en esencia, como las metáforas que caracterizan el discurso de Nahida: aunque comparen dos cosas que no tienen nada que ver, quien las escucha comprende al instante la similitud que puede existir entre dos cosas completamente distintas.
Sin embargo, ella también tiene momentos en los que no logra hallar una respuesta por más vueltas que le dé a la cabeza, sobre todo cuando se trata de asuntos relacionados con los humanos y su sociedad.
Por ejemplo, pudiendo decir la verdad para librarse de un castigo, hay quien prefiere callar o mentir; pudiendo llevarse bien con la persona a la que amas, hay quien prefiere dirigir hacia el otro palabras que hacen tanto daño como puñaladas.
Es como si todas las contradicciones del mundo se hubieran concentrado en los seres humanos, y Nahida muchas veces no es capaz de comprender cómo es posible que los sentimientos de la gente cambien tanto.
En esos momentos, sus maravillosas metáforas resultan inservibles y, aunque buscara por todo el continente, tampoco lograría encontrar otro sistema igual de caótico que pudiera tomar como referencia para esos casos.
Por ello, Nahida solo halla una explicación: que cada persona tiene unas peculiaridades diferentes, las cuales despiertan una serie de reacciones diferentes al enfrentarse a una misma situación.
Sin embargo, esta explicación sigue sin satisfacer a Nahida. Es imposible comprender a los humanos solo con conocimientos y doctrinas apáticas.
Quizás fue entonces cuando entendió por qué “ella” decidió con tanta convicción quedarse al lado de los humanos, aunque eso supusiese hacer un gran sacrificio.
Tal vez sea porque cada uno de “ellos” es un ser único e irrepetible en el mundo.
Desbloqueable en Niv. 2 de Amistad

Puede que la vida cotidiana de Nahida sea un tanto repetitiva, pero tiene los sueños más fantasiosos y vivaces de toda Sumeru.
Los conocimientos que adquiere a través del Akasha durante el día alcanzan su máxima vehemencia durante la noche, momento en que se manifiestan muy vívidamente.
Conforme Nahida obtiene más conocimientos, sus sueños están mejor hechos y se vuelven más animados.
Esto no solo la permite relajarse, sino que además la ayuda a comprobar si los conocimientos que acaba de adquirir tienen lógica o si hay algún detalle que se le escapó.
La primera vez que soñó con pájaros crepusculares, estos surcaban el cielo en una posición en la que estaban posados sobre el tocón de un árbol, es decir, sin abrir las alas.
Aunque esta escena puede resultar grotesca a los ojos de cualquiera, a Nahida le sirvió para inspirarle una nueva idea. Así pudo comprender para qué utilizan los pájaros sus alas y, al poco tiempo, estos volvieron a aparecer en el sueño desplegándolas y protagonizando danzas en el aire.
Después de eso, se sirvió del mismo método para devolver a su ubicación habitual a los micóqueros que dormían bajo el agua, a los rábanos que crecían en los manzanos y a los cristalópteros con un ala de cada color.
Ese conocimiento no solo le servía para racionalizar sobre los seres que habitan en el mundo, sino también para satisfacer sus ganas de divertirse como una niña.
Si la razón nos dice que los micóqueros caminan sobre el suelo y que las alas sirven para volar, ¿por qué no iba a poder un micóquero extender sus alas y echar a volar?
Y si los micóqueros podían volar, los cocodrilos también podrían caminar sobre dos patas y los frutos harra podrían comunicarse con los humanos.
Con su método para crear un sistema de conocimiento, Nahida construyó indirectamente su propio pequeño paraíso donde nadie puede molestarla. Así pues, no hay lugar donde ella sea más feliz que en sus propios sueños.
Desbloqueable en Niv. 3 de Amistad

A los niños todavía les quedan muchas cosas por aprender y suelen dejarse llevar por las emociones, pero eso no significa que no merezcan ser respetados o que la gente tenga derecho a reírse de ellos.
Las adversidades y la pérdida les sirven para probar el verdadero sabor de la realidad, pero al mismo tiempo también les hacen perder la inocencia y la intensidad de las emociones.
Se dice que los niños que tienen la mala suerte de enfrentarse a estas desdichas escuchan en mitad de la noche una dulce voz.
Esta pone toda su atención en escuchar todo lo que los niños le cuentan y utiliza fantásticas metáforas para explicarles la situación de una forma en la que la entiendan. También juega con ellos y habla sobre sus juegos y dulces favoritos hasta que sale el sol.
Aunque una noche no suponga mucho tiempo de compañía, en ese tiempo consigue que estos niños vuelvan a saber que en el mundo hay personas que los entienden.
De esa manera, su resentimiento y hostilidad se disipan con una cálida sensación, y se convierten en personas que aún pueden encontrar giros inesperados en sus vidas y que irradian confianza y felicidad.
Sin embargo, hasta ahora nunca ha habido ningún niño capaz de decir a quién pertenece esa voz. Aunque todo el mundo conoce el magnífico poder de la Reina Mayor Rukkhadevata, incluso una deidad tan grandiosa como ella tuvo que abandonar este mundo.
En una ocasión, unos niños se reunieron a escondidas para hablar sobre este fenómeno tan misterioso. Uno de ellos, que parecía más maduro que los demás, mencionó un nombre que les resultaba vagamente familiar: la “Reina Menor Kusanali”.
Los niños aceptaron sin dudar esa teoría, pero, por supuesto, los padres no creían lo que sus hijos les contaban.
En cualquier caso, ¿qué importa? Al fin y al cabo, se habían hecho amigos nada más ni nada menos que de la Reina Menor Kusanali.
Desbloqueable en Niv. 4 de Amistad

Una vez, un empleado del programa de plantación de la Ciudad de Sumeru recibió una carta misteriosa firmada con el nombre de “un apasionado y ocioso ciudadano corriente de la Ciudad de Sumeru”.
La carta contenía numerosos consejos detallados y una planificación de lo más completa. Hasta se tuvo en consideración cómo afectarían a las plantas los distintos tipos de tiempo y la luz del sol, así como otras condiciones prácticas.
A juzgar por el grado de especialización del contenido de la carta, seguramente el remitente era un erudito de la Escuela de Biología que no deseaba revelar su nombre.
Aunque el empleado no sabía por qué el erudito prefería mantenerse en el anonimato, ejecutó al pie de la letra el diseño y la planificación expuestos en la carta como si se tratase de la orden de un superior.
Como resultado, el diseño fue valorado muy positivamente. Un día en que Nahida tomó prestado el cuerpo de Katheryne para salir a la calle, observó maravillada que el empleado había colocado cada una de las plantas tal y como ella había recreado en su mente.
Y es porque, efectivamente, la carta la escribió Nahida. Para ella, el conocimiento es ciertamente muy importante, pero la parte práctica es algo indispensable.
No obstante, los sabios siempre quieren ejercer un control muy estricto, y solo después de que Nahida los persuadiera aceptaron que enviara de forma anónima esta carta, la cual en un principio consideraron inútil.
Poder cumplir con esa parte práctica por primera vez fue de lo más alentador para ella. Llevada por la emoción, caminó por las calles armada de confianza y tan feliz que sentía que en cualquier momento iba a salir flotando hacia el cielo.
De repente, al pasar por una esquina, se percató de unas flores que no combinaban con el resto.
Las miró con detenimiento y se dio cuenta de que no había pensado en que algunas de esas flores cambiaban de color, y tampoco había considerado el entorno en el que debían plantarse.
Se horrorizó al pensar que las flores llevaban más de diez días ahí y que todo el que hubiera pasado había visto esa horrenda combinación floral…
Ese mismo día, un montón de personas afirmaron haber visto a Katheryne, quien siempre suele estar sonriente y con confianza tras el mostrador del Gremio de Aventureros, en cuclillas al lado de unas flores, abochornada y con las manos sobre su rostro todo ruborizado.
Desbloqueable en Niv. 5 de Amistad

¿Qué hacer para eliminar toda amenaza que suponga el conocimiento prohibido para el Irminsul?
Antes, Nahida pensaba que ella tenía la respuesta a esta pregunta. Lo que nunca imaginó es que ella misma era la respuesta.
Una persona siempre deja su huella en las cosas que hace. Y cuando esa persona quiere desaparecer, todo se conecta entre sí hasta formar una paradoja.
Por eso, para alcanzar algunos objetivos, a veces es inevitable depender de otros.
Sin embargo, cuando Nahida comprendió todo esto, ya era demasiado tarde. No le daba tiempo a reflexionar sobre ello y el conocimiento que había acumulado durante años apenas le servía para idear una forma con la que solucionar la situación tan complicada que tenía ante sus ojos.
Pero como dijo ████: “Alguien sabio es feliz cuando va en busca de una respuesta”.
Nahida no había nacido para cometer crueldades. Solo deshaciéndose del conocimiento prohibido sería capaz de visualizar el futuro de Sumeru y de recrear en su mente una nación que siempre debió ser próspera.
¿Era posible que una nación que se disponía a avanzar hacia el futuro fuera capaz de recordar un nombre que ya no existía? Bueno, eso ya no importaba.
“¿Ya no importa?”, pensó Nahida, quien tenía una opinión diferente en cuanto a eso.
Desafortunadamente, ya no quedaba mucho tiempo. En el instante en el que ████ acarició su hombro, ni tan siquiera le dio una oportunidad para rebatir.
Desbloqueable en Niv. 6 de Amistad

Aunque a simple vista esta caja de juguetes no parece tener nada de especial, en su interior contiene imitaciones experimentales.
A Nahida le encantan los juegos populares del momento, ya que son de reglas sencillas, entretenidos e interesantes. Ya sean acertijos o juegos de guerra, al jugarlos es inevitable abstraerse durante un buen rato.
Sencillos pero no por ello fáciles, revelan la sabiduría de sus diseñadores. Además, ofrecen la magnífica oportunidad de aprender deconstruyendo y reconstruyendo la naturaleza.
Sin embargo, los eruditos de la Academia nunca mostraron interés en las extraordinarias ideas de Nahida, y mucho menos se molestaron en satisfacer su sed de más juguetes. Por eso, se tuvo que conformar con un poco de madera y unas cuantas herramientas.
Sirviéndose de la información almacenada en el Akasha y dejándose llevar por su imaginación, Nahida creó todo tipo de juguetes, como tableros de ajedrez, puzles, candados tridimensionales…
Después de crearlos, sintió brevemente una gran satisfacción, pero enseguida se percató de otro problema: para los juegos de guerra, no podía encontrar un oponente adecuado, y para los acertijos, ya sabía cuál era la solución porque ella misma los había creado.
“Si al menos pudiera encontrar a otra persona para que pruebe estos juegos…”, pensaba.
La pequeña Arconte lleva tiempo esperando conocer un buen compañero de juegos, pero hasta que ese momento llegue, los juguetes tendrán que esperar dentro de esta caja.
Desbloqueable en Niv. 4 de Amistad

La existencia del Akasha es un medio, y no un fin. Cuando el conocimiento prohibido fue eliminado, el Akasha por fin cumplió con su auténtico deber.
Aquel que codiciaba el poder de la Gnosis organizó toda una farsa y, finalmente, hizo su jugada.
Con una Gnosis foránea como herramienta de extorsión, Nahida hizo que el traicionero y astuto enemigo perdiera su “segmento” como aval de sus intenciones.
Pero de inmediato, él también presentó las condiciones del intercambio: el crucial conocimiento sobre la “verdad” del mundo.
Él entendía a la perfección los valores más fuertemente arraigados en la Nación de la Sabiduría, y desde el principio tenía planeado aprovecharse de la curiosidad y el sentido de la responsabilidad de Nahida. Por ello, para él, no podía haber algo más apropiado que usar el conocimiento como moneda de cambio.
Nahida, que aún tenía su Gnosis en posesión, dudó por un instante. Apenas sabía más sobre las Gnosis que sobre la susodicha “verdad” del mundo.
La Gnosis era un núcleo que ella sabía utilizar diestramente y que concentraba un gran poder elemental, pero entonces, ¿por qué existiría una deidad tan obsesionada con ellas como para querer reunirlas todas?
Acordar un intercambio significaba que ambas partes estarían conformes, no darían ningún paso en falso más y no sacarían ventaja de ello, pero para nada significaba una victoria. Sin embargo, rechazar el intercambio denotaba cierta “ignorancia” y, obviamente, eso era una desventaja que rápidamente podía salirse de control.
Entonces, en ese instante, la Diosa de la Sabiduría obtuvo su respuesta…
Desbloqueable en Niv. 6 de Amistad